viernes, 15 de enero de 2016

EL PASTORADO ¿HERENCIA O LLAMADO?



El  PASTORADO ¿HERENCIA O LLAMADO?


     Dentro del contexto eclesiástico, el pastorado es un trabajo de servicio   espiritual conferido por el Señor Jesús; luego los hombre que reciben ese don ministerial lo toman con gran pasión como un privilegio muy noble, y se lanzan a la obra para la cual han sido escogidos;   Las sagradas escrituras nos dicen  en  Efesios 4:11-12  Y él mismo constituyó  a unos  apóstoles; y a otros profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo. Es el Señor quien pone en el corazón de algunos hombres y  mujeres el deseo de servirle no solo en el  ministerio pastoral, sino  en el que él mismo quiere que se trabaje.     Cuando el obrero inicia en el ministerio pastoral no siempre recibe una iglesia que pastorear,  lo que recibe es una oportunidad para edificar una iglesia, y en la medida de su trabajo el Señor le bendice, y la obra crece hasta convertirse en una congregación. Estos son los hombres y mujeres que con su trabajo y   consagración a Dios muestran su llamado al ministerio.
    No siempre el hombre  escogido para el ministerio pastoral ha mostrado tener una vocación o una inclinación hacia este ministerio, eso se observa desde el llamado que Dios hizo a Moisés, él  era felíz pastoreando las ovejas de su suegro, no estaba en su mente dirigir a casi un millón de israelitas que necesitaban un guía que les  liberara de la esclavitud del imperio egipcio y les llevara hacia la tierra prometida; según él, Dios debía llamar a otro que pudiera hacerlo, y hasta se atrevió a recomendarle a Dios que fijara sus ojos en Aarón porque él si podía hablar;  pero Dios vio en Moisés al hombre ideal para el ministerio, y por eso lo llamó para que trabajara pastoreando no mas a las ovejas de Jetro su suegro sino al pueblo de Dios.
       Si dirigimos la mirada  al apóstol Pablo, nos damos cuenta que él no tenía ningún interés por ser predicador del evangelio, él se sentía realizado cuando perseguía a muerte a los cristianos, jamás pensó que sería un apóstol de Jesucristo, y si el Señor no lo hubiera llamado, Saulo hubiera seguido empecinado en su mismo proceder, porque vocación para el ministerio de la predicación  y el apostolado nunca se le vio; hasta que el Señor lo llamó.
      También en otros casos, se ve que algunos hermanos  muestran cierta vocación, o algún interés por  el ministerio pastoral, les gusta salir a visitar y orar por los enfermos, predican  bastante bien, y son muy activos en la iglesia pero padecen de algunas debilidades de carácter moral, y si se van al ministerio, poco tiempo duran y dejan un mal testimonio. Pero cuando los  hermanos son llamados o elegidos por Dios,  él mismo pone en ellos esa vocación o esa pasión por servir al Señor.
        Debe entenderse que es el Señor quien escoge a los hombres o mujeres para darles el don ministerial según su propia voluntad,  luego el Espíritu Santo es quien determina el lugar donde el siervo apacentará la iglesia del Señor la cual él ganó con su propia sangre. Hechos 20: 28. La iglesia no es propiedad del pastor, él solamente es alguien a quien el Señor escogió para  pastorear el rebaño; de esto debemos estar consientes todos los siervos de Señor.
            Lamentablemente,  hay algunas personas que ven en el ministerio pastoral, un modus vivendi,   estudian en los Institutos bíblicos o en la universidad,  para hacerse pastores por que creen que  al graduar ya tendrán una iglesia grande que les de buenos dividendos; pero cuando observamos la historia de los grandes hombres de Dios, notamos que ellos tenían el respaldo de Dios aun cuado algunos aprendieron a leer en el Instituto Bíblico,   leían mal las sagradas escrituras pero al predicar Dios les respaldaba porque Él mismo los había llamado.  
         También son dignos de encomio aquellos siervos de Dios hijos de pastor que a pesar de que sufrieron junto a sus padres: la extrema pobreza,  el desprecio de algunas personas, y hasta el descuido de sus padres, pues algunos padres mostraron mas interés en cuidar de la iglesia que de sus propios hijos,  y los abandonaron   con tal de seguir el pastorado de la iglesia que después los echó a ellos sin ninguna misericordia; pero cuando Dios llamó a estos hijos de pastor al ministerio ya sea como pastores, evangelistas, misioneros o maestros de teología, no fueron rebeldes,  y salieron al lugar donde el Espíritu Santo los quiso poner como ministros   de la grey de Dios; también es necesario que los hijos de pastor, no  esperen que el ministerio  pastoral comience hasta que su padre ascienda a la presencia del Señor, porque el ministerio no se recibe como herencia de papá, sino como un llamado o elección de Dios.  Cuando Moisés murió, no dejo como heredero del ministerio a ninguno de sus hijos sino a Josué hijo de Num,  a quien el Señor había elegido, por eso Dios le dijo a Moisés que pusiera sus manos sobre Josue, y  Josué fue lleno del espíritu de sabiduría,  porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová le mando a Moisés Deuteronomio 34:9.
        Si nuestros hijos son llamados  al ministerio pastoral, lo menos que podemos hacer como padres  es orar  pidiendo a Dios la bendición  sobre ellos,  para que no les falte el respaldo de Dios.    Todavía recuerdo cuando el Señor me llamaba, yo no quería entender,  no quería ser pastor, porque veía como sufrían mis padres, veía los desprecios y la pobreza que sufrían, y para colmo de males en una semana santa hubo un hermano que se atrevió a alarme las orejas y castigarme con un lateral de un árbol de café, porque me vio comiendo unos jocotes de conserva  y era día de ayuno en la iglesia y yo estaba dando mal ejemplo.  Me  sentía muy enojado al ver al hermano llegar al culto, creía que los hermanos no eran sinceros con Dios; en ese ambiente me crié, por eso no quería ser pastor, pero el Señor me llamó y tuve   que aceptar el llamado porque  ya me había elegido para darme el ministerio pastoral. Yo no recibí como herencia paternal el ministerio, sino como un llamado del Señor, y los cuarenta y cuatro años de ministerio ininterrumpidos me dan una base para creer que  soy llamado por Dios.
       Al pasar algunos años, se ve la necesidad de preparar a las generaciones que nos van a relevar; porque si el Señor tardara en venir debemos dejar una generación de pastores que conozcan como se trabaja en la obra del Señor, sobre todo, que tengan pasión por las almas, y que estén bien definidos doctrinalmente, que respeten el texto sagrado, y vivan lo que predican. Cumpliendo lo que dice el apóstol pedro: ´´ Cuiden de las ovejas de Dios que han sido puestas a su cargo; háganlo de buena voluntad, como Dios quiere, y no por obligación ni ambición al dinero.´´1º Pedro 5: 2. VP.  También se hace necesaria  la fidelidad en el matrimonio, por que el Señor dice en su palabra:   ´´ Cuiden pues de su propio espíritu, y no sean infieles; pues yo aborrezco al que se divorcia de su esposa y se mancha cometiendo esa maldad. ´´  Malaquías 2: 16. VP. Tanbien el apóstol Pablo le dijo a Timoteo que El obispo debe ser marido de una sola mujer. No ser recasado, solamente en caso de que su esposa haya muerto. Estos versículos nos enseñan como deben ser los siervos  que  nos relevarán; Pero si usted es llamado por el Señor, Él mismo le ayudará capacitándolo para que pueda cumplir con el  ministerio para el cual ha sido llamado. En cuanto a las nuevas generaciones:
      hoy mas que nunca debemos preparar a hombres fieles para la obra del ministerio, que sean capaces tanbien de preparar a otros, porque si no preparamos a esta nueva generación de pastores, evangelistas, maestros y misioneros, corremos el riesgo de que las futuras generaciones de pastores lo sean  no por un llamado  de Dios, sino por una profesión mas.

Autor. Elid Magaña.

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